Andrea

Masaccio nació en Arezzo en 1401 y murió en Roma en 1428.

Su verdadero nombre era Tomaso di Ser Giovanni Cassai. Fue uno de los artistas más revolucionarios de su época.

Fue el primero en combinar la plasticidad de las figuras con la persectiva de los espacios.

Recibió influencias significativas de Donatello y de Filippo Brunelleschi.


La Trinidad.

Esta obra constituye uno de los grandes hitos de la pintura europea. Fue la primera obra pictórica en la que se aplicaron de forma consecuente las leyes de la perspectiva lineal.

Además el lenguaje formal recuerda a los edificios construidos por Filippo Brunelleschi.

La bóveda artesonada produce la sensación de un espacio que se abre realmente en la pared. El centro del fresco está ocupado por Dios Padre, que sobresale por detrás de Cristo en cruz, a los lados de estos personajes se puede ver a la Virgen María y san Juan.


La limosna.



Capilla Brancacci.




Masolino da Panicale comenzó en el año 1424 la decoración de esta capilla por encargo del comerciante de tejidos Felice Brancacci.

La autoría de los frescos se atribuye a Masaccio, que contaba por entonces poco más de veinte años de edad. Es posible que participara desde un principio en las labores de decoración. Murió misteriosamente en el año 1428 y no pudo terminar los frescos de la capilla. Filippino Lippi lo concluyó entre los años 1481 y 1485, con escenas de la vida el apóstol san Pedro.



Expulsión del Paraíso.

Con gesto inequívoco, un ángel destierra a Adán y Eva del jardín del Edén. Ambos han reconocido las graves consecuencias de su error.

Este fresco de Masaccio introdujo un nuevo lenguaje pictórico. El realismo en la representación de ls dos figuras biblícas, cuya presencia física se dramatiza mediante efectos de luces y sombras. La escena irradia un dramatismo inaudito.


El tributo de César.


La escena del milagro está representada en segundo plano a la izquierda, donde san Pedro sigue las indicaciones de Jesús junto a la orilla de las aguas. En primer plano a la derecha Pedro paga el tributo.

El fresco está construido según las normas de la perspectiva central en la que todas las figuras parecen moverse con la mayor naturalidad.


San Pedro cura mediante su sombra.


En primer plano a la izquierda se reconoce un palacio renacentista típico. La escena parece un hecho cotidiano, pero en realidad se trata de san Pedro, que avanza majestuosamente en compañía de algunos discípulos. Da impresión de que el santo no repara en los mendigos lisiados que hay a su derecha.
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