Andrea

Girolamo Savonarola nació en Ferrara el 21 de septiembre de 1452 y murió en Florencia el 23 de mayo de 1498.

Fue un religioso dominico, predicador italiano, confesor del gobernador de Florencia, Lorenzo de Médici, organizador de las célebres hogueras de vanidad.

Predicó contra el lujo, el lucro, la depravación de los poderosos y la Iglesia, contra la búsqueda de la gloria y, con mucho odio, contra la homosexualidad.

Sus ataques contra el papa Alejandro VI le valieron, primeramente, la expulsión de la comunidad católica y la prisión, y más tarde, y tras haber sido liberado y conducido a Roma por los grandes comerciantes florentinos, la condena a la hoguera por un tribunal de la Inquisición y la inclusión de su obra en el índice de los libros prohibidos.


Andrea

Nació en Forlì, hijo de Giovanni de Médicis (il Popolano) y Caterin Sforza, una de las mujeres más famosas del Renacimiento.

A los 12 años cometió su primer asesinato y debido a su comportamiento se le expulsó dos veces de Florencia.

Giovanni se hizo condottiero, prestando sus servicios al Papa León X y recibió su bautismo de fuego a los 18 años, en la guerra contra Francesco Maria della Rovere, Duque de Urbino. Venció en 22 días.

Murió a causa de la gangrena en Mantua, el 30 de noviembre de 1526, cuatro días después de que un golpe de falconete le hiriera en un muslo en una batalla cerca de Governolo, contra los lansquenetes imperiales.
Andrea

Lorenzo de Médicis, también conocido como Lorenzo el Magnífico, nació en Florencia el 1 de Enero de 1449 y falleció el 9 de Abril de 1492.

Fue estadista italiano y gobernante de facto de la república de Florencia durante el renacimiento italiano. Príncipe de Florencia, mecenas de las artes, diplomático, banquero, poeta y filósofo renacentista.

Lorenzo fue considerado el más inteligente de los cinco hermanos, y tuvo como tutor a un diplomático llamado Gentile Becchi. Participó en justas, cetrería, caza, y cría de caballos para competir en el palio de Siena.

Su gusto y su criterio eran muy valorados puesto que, dotado de una gran sensibilidad demostrada por sus poemas, gustó de rodearse de artistas, filósofos y científicos: amaba el contacto con la inteligencia y el talento, como para cultivar en el mismo una especie de artista universal, para adquirir o presentir todas las virtualidades del genio.

Algunos estudiosos proclaman a Lorenzo de Medici como uno de los "padrinos del renacimiento".
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Piero della Francesca nació en Borgo Sansepolcro hacia el año 1420, donde también murió en el año 1492.

Su verdadero nombre era Piero di Benedetto dei Franceschi. Fue un artista destacado del renacimiento temprano.Vivió en Florencia de 1439 a 1442, donde colaboró con Domenico Veneziano.

Logró un lenguaje pictórico propio a partir de la obra de esteúltimo y de las innovaciones relacionadas con la perspectiva y el color introducidas por Castagno y otros pintores florentinos.

Sus figuras se caracterizan por una profundidad espacial calculada con precisión matemática. Desarrolló una singular técnica de barnizado mediante la cual confería un efecto atmosférico a sus pinturas.


El encuentro de Salomón con la reina de Saba.




Retratro de Federico de Montefeltro y Battista Sforza.


Estos insólitos retratos de los duques de Urbino revelan que Piero della Francesca conocía la pintura flamenca de su tiempo; así lo manifiesta el sincero realismo, el colorido y los paisajes del fondo, ejecutados con delicadeza.

Federico está representado con verrugas y con una característica nariz aguileña. Él está representado como general.

La dama aparece de perfil, al igual que su esposo, y con la frente rasurada, como se solían pintar los cuadros de aquella época. El paisaje surcado de colinas y valles, y desdibujado en el horizonte bajo la luz difusa del fondo, corresponde a los dominios de los duques en los alrededores de Urbino. Ella personifica la virtud conyugal.
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Paolo Uccello nació en Pratovecchio de Arezzo en 1397 y murió en Florencia en el año 1475.

Se formó entre 1407 y 1412 en el taller florentino de Lorenzo Ghiberti e intervino en la realización de las puertas del Baptisterio como ayudante de éste. En 1415 Uccello ingresó como maestro en el gremio de los médicos y farmacéuticos, al que también pertenecían pintores.

Colaboró en los mosaicos de San Marcos, en Venecia, de 1425 a 1431. Posteriormente se estableció en Florencia, donde pintó dos grandes frescos con escenas del Génesis en el claustro Verde de Santa Maria Novella.

Uccello fue el pintor más destacado de su generación por lo que respecta al dominio de la perspectiva. Se le considera uno de los precursores más relevantes del renacimiento temprano florentino.



Reloj.

Este reloj está en la Catedral de Santa Maria del Fiore. Una única manecilla en forma de estrella, como era habitual en aquella época, marcaba las 24 horas del día en una sola vuelta. La aguja del reloj giraba en sentido inverso al actual, ya que las 24 horas está situado abajo y no arriba.

Uccello pintó al fresco las cabezas de cuatro santos dificílmente identificables.


Retrato encueste del condotiero John Hawkwood.


Recibió un encargo de John Hawkwood, un mercenario inglés que había estado al servicio de Florencia durante muchos años y se había granjeado la admiración de los florentinos.

Iba a ser un monumento. Al final se optó por la técnica del fresco, que resultaba más económica.


Batalla de San Romano.


Cosme de Médicis encargó la obra hacia el año 1456 a Paolo Uccello.

El tema se eligió para rememorar la victoria en San Romano, en 1432, de las tropas florentinas, bajo el mando de Niccolò da Tolentino, frente a los ejércitos aliados de Milán y Siena.

Paolo Uccello sometió hasta el más mínimo detalle del cuadre a su imaginación grotesca.

Las lanzas quebradas de los combatientes se reparten por el suelo del campo de batalla formando un entremado de líneas al servicio de la perspectiva. Los propios soldados, pintados con colores irreales, parecen muñecos, mientras que sus caballos recuerdan modelos de madera. Probablemente el pintor los utilizó para estudiar movimientos y posturas, y los incorporó luego a su obra.


El diluvio universal.


En este fesco Paolo Uccello sobrepasó con creces los límites de la lógica espacial y temporal, de manera que la obra resulta casi surrealista, incluso por el uso del color.

El artista optó por una composición agitada para que estuviera en consonancia con el dramatismo del episodio biblíco.

Cosme de Médicis quien encargó y financió este fresco, a lo mejor pretendió mostrarse a sí mismo como salvador y mediador de la ciudad en el contexto del relato de Noé. La llamativa figura erguida en la mitad derecha del fresco muestra semejanzas inequívocas con los retratos que se conservan del patriarca de los Médicis.
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Filippino Lippi nació en Prato en el año 1457 y murió en Florencia en 1504. Fue el hijo del pintor Fra Filippo Lippi, de quien recibió su formación artística. Tras la muerte de su padre, fue aprendiz de Sandro Botticelli en Florencia.

Junto con su maestro, Filippino Lippi es el pintor más importante de la transición del primer renacimiento al renacimiento tardío.

Realizó la mayor parte de sus obras en la década de 1490. Pintó grandes retablos, obras de tema alegórico y retratos extraordinarios, pero fue sobre todo un excelente pintor de frescos. También realizó un gran número de dibujos.


Virgen con el niño y dos ángeles.

La Madre de Dios está representada parcialmente de perfil, con facciones juveniles y sumamente graciosas, frente a un insólito marco de ventana.Va ataviada con un elegante vestido azul a la moda de la época y lleva un primoroso adorno en la cabeza. Tiene las manos unidas en actitud de oración, mientras que el Niño busca el contacto con las suyas. Su mirada reflexiva se debe probablemente a la presunción de la muerte de Jesucristo en la cruz, a la que alude la montaña del fondo. La pícara sonrisa del ángel situado en primer plano responde al feliz acontecimiento de la llegada del Salvador.


San Felipe doma al dragón y Crucifixión de san Felipe.

Filippo Strozzi encargó a Filippino Lippi decorar las paredes con frescos inspirados en la vida de san Felipe y de san Juan Bautista. Además de pintar los frescos, Lippi diseñó también las vidrieras de la capilla.


Resurrección de Drusiana.


Las figuras principales están representadas con gran plasticidad, tanto por lo que respecta al dibujo como al colorido. El tema se desarrolla en un primer plano concebido a modo de escenario, mientras que al fondo aparece un decorado arquitectónico inspirado en el modelo romano.

A esta obra se la considera como una de sus últimas obras maestras.


Capilla de Brancacci.


Al morir Masaccio en 1428, durante un viaje a Roma, no pudo finalizar los frescos de la Capilla Brancacci. El ciclo de pinturas lo concluyó Filippino Lippi entre los años 1481 y 1485, con escenas de la vida del apóstol san Pedro.
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Sandro Botticelli nació en Florencia en el año 1445 y murió en Florencia en el año 1510.

Su verdadero nombre era Alessandro di Mariano Filipepi. Trabajoó sobre todo en Florencia.

Depués de formarse como orfebre, fue aprendiz de Filippo Lippi. Recibió influencias de los Pallaiuolo y del Verrochio, se inspiró en Ghirlandaio y Perugino.

Gozó de la protección de Lorenzo de Médicis. Alrededor de 1482 recibió el encargo de pintar tres grandes frescos en la Capilla Sixtina del Vaticano.


Retorno de Judit.

Plasmó el tema pictórico con un marcado dinamismo de líneas.

Judit marcha triunfante con el vestido ondeando al viento, mientras su sirvienta la sigue portando la cabeza de Holofernes, el jefe del ejército enemigo decapitado por la propia Judit.


La fortaleza.


La alegoría de la fortaleza es una de las primeras obras que se atribuye con seguridad a Botticelli, quien contaba con veinticinco años de edad. La figura femenina que protagoniza esta pintura se presenta como la encarnación de la fortaleza por su coraza y por el bastón de mando. Pero la dulzura melancólica de las facciones del rostro, vuelto ligeramente hacia un lado, contrasta con los tributos marciales.


Adoración de los Magos.

El tema de la adoración de los Reyes Magos ha dado pie a la representación de un conjunto de personajes de la clase florentina. Entre las personalidades figuran los miembros más emblemáticos de los Médicis.

Esta pintura es un homenaje a la dinastía, hasta el punto de que el tema del cuadro se convierte en un pretexto.


Palas y el centauro.

Este lienzo se conoce también como Palas de Medícea, en referencia a los presuntos comitentes de la obra. Los primorosos anillos entrelazados que adornan el vestido de la figura femenina aluden, de hecho, a la familia de los Médicis.

La escena se interpreta en cualquier caso como una alegoría que representa el triunfo de la virtud sobre el vicio. La graciosa mujer se enfrenta al centauro, un ser lascivo y codicioso mitad hombre y mitad animal.


El nacimiento de Venus.

Botticelli pintó este cuadro por encargo de Piero Francesco de Médici.

La obra no recrea el nacimiento de Venus, sino la llegada de la diosa del amor a las costas de la isla de Citera, tal y como la describió en una de sus estancias el poeta Angelo Poliziano.

Venus, nacida de la espuma del mar, emerge de entre las olas sobre una concha como encarnación de la belleza perfecta. Las divinidades del viento, Céfiro y Aura, la empujan hacia tierra firme, dond una Hora de la primavera la espera para cubrirla con un manto florido.


La Primavera.


En esta obra de juventud Botticelli demuestra ya su madurez artística.

El cuadro representa los jardines primaverales de la diosa Venus, que aparece en el centro con un gesto de invitación.

Esta enigmática escena puede que constituya una alegoría de la llegada de la primavera, tal y como la describieron los poetas Angelo Poliziano y Ovidio.


San Agustín.

La voluminosa figura de san Agustín se encuentra también en un gabinete de estudio lleno de objetos, al igual que la de Domenico Ghirlandaio, cuya decoración revela asimismo el conocimiento por parte de Sandro Botticelli de modelos flamencos. La mirada del santo no se dirige al observador. San Agustín se encuentra algo distante y ensimismado; parece inmerso en un trance de profunda emoción religiosa, turbado quizá por visiones proféticas que le impulsan a mover la mano derecha con gesto patético.
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Fra Filippo Lippi nació en Florencia en el año 1406 y murió en Roma en el año 1469.

En 1421 ingresó en la orden de los carmelintas y vivió hasta 1432 en el convento de Santa Maria del Carmine, Florencia. En 1431 se le mencionó por primera vez como pintor. A partir de 1437 los Médicis le confiaron numerosos proyectos en Forencia.

Desde 1452 residió en Prato. Allí pintó los frescos del coro principal de la catedral con escenas de la vida de San Juan Bautista y San Esteban. A partir de 1467 trabajó en los frescos de la catedral de Spoleto.


Virgen con el niño.




Virgen con niño y dos ángeles.

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Fra Angelico nació en Vicchio di Mugello, Florencia, en 1397, murió en 1455 en Roma.

En realidad se llamaba Guido di Piero y también es conocido con el nombre de Beato Angelico.

Fue un pintor importante del período comprendido entre el gótico tardío y el primer renacimiento.

En 1436 se trasladó al convento de San Marcos, en él se pueden admirar alguno de sus frescos, donado a la orden por Cosme de Médicis.

En sus frescos y retablos se acercó progresivamente a las nuevas formas del renacimiento.


Virgen en el trono con el Niño y santos.

Este cuadro es también conocido como Retablo de San Marcos. Fue encargado por Cosme de Médicis en el año 1438.

Los puntos rojos de la hermosa alfombra rememoran los pequeños círculos del escudo de la familia fundadora. Los ocho santos representados son los patronos de los Médicis.

La reproducción en primer plano de la crucifixión de Cristo recuerda el sacrificio de la misa que se celebra sobre el altar situado debajo.

El fondo del jardín con los cipreses y cedros sustituye al clásico fondo dorado.


Descendimiento de la cruz.


Esta tabla se la encargó Palla Strozzi a Lorenzo Monaco, pero a la muerte del artista solo había realizado las escenas que se encuentran debajo de los arcos. Fra Angelico la terminó hacia el año 1440.

En el centro aparece Cristo que acaba de ser descendido de la cruz. Las figuras muestran una considerable variedad de gestos y el colorido de sus túnicas es muy vivo. Todos contemplan en silencio lo sucedido.


Anunciación.


La Virgen María recibe el mensaje bajo el balcón cubierto con arcadas. Imita la arquitectura real del claustro del convento.


Noli me tangere.

Los frescos de San Marcos se caracterizan por la fuerza expresiva de su sobrio lenguaje pictórico, la claridad de la composición y la ausencia de cualquier detalle mundano.

Al amanecer del domingo de Pascua, Jesucristo se apareció a María Magdalena junto al sepulcro vacío; al verlo, ella lo confundió en un principio con un empleado del cementerio. Cuando finalmente reconoció al resucitado, éste le dijo: "Noli me tangere" (no me toques). El gesto retraído y sutil de Jesucristo plasma de forma prodigiosa ese momento.


Coronación de la Virgen María.


En la parte inferior del fresco aparecen los fundadores de la orden de los dominicos. En el techo el arco superior se prolonga en el fresco mediante la disposición en semicírculos de los monjes.


Adoración de los magos.


La llegada a Belén de los reyes de Oriente hace gala de una mayor riqueza de medios, pero siempre dentro de una escasa alusión al lujo y la ostentación mundanos. El lenguaje expresivo es sencillo y discreto, adecuado al lugar y a su objetivo. Ante un paisaje árido y rocoso, desprovisto de árboles y plantas, a la izquierda se desarrolla la escena de la Epifanía.


Crucifixión.


Esta escena de Jesús en la cruz en el momento de ser atravesado por una lanza es sin duda una de las más emotivas. Santa Marta, a la derecha y de espaldas, está consolando a la Virgen María. Ésta tiene las manos levantadas hasta la altura del rostro, en un gesto de desesperación y de profundo dolor.
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Masaccio nació en Arezzo en 1401 y murió en Roma en 1428.

Su verdadero nombre era Tomaso di Ser Giovanni Cassai. Fue uno de los artistas más revolucionarios de su época.

Fue el primero en combinar la plasticidad de las figuras con la persectiva de los espacios.

Recibió influencias significativas de Donatello y de Filippo Brunelleschi.


La Trinidad.

Esta obra constituye uno de los grandes hitos de la pintura europea. Fue la primera obra pictórica en la que se aplicaron de forma consecuente las leyes de la perspectiva lineal.

Además el lenguaje formal recuerda a los edificios construidos por Filippo Brunelleschi.

La bóveda artesonada produce la sensación de un espacio que se abre realmente en la pared. El centro del fresco está ocupado por Dios Padre, que sobresale por detrás de Cristo en cruz, a los lados de estos personajes se puede ver a la Virgen María y san Juan.


La limosna.



Capilla Brancacci.




Masolino da Panicale comenzó en el año 1424 la decoración de esta capilla por encargo del comerciante de tejidos Felice Brancacci.

La autoría de los frescos se atribuye a Masaccio, que contaba por entonces poco más de veinte años de edad. Es posible que participara desde un principio en las labores de decoración. Murió misteriosamente en el año 1428 y no pudo terminar los frescos de la capilla. Filippino Lippi lo concluyó entre los años 1481 y 1485, con escenas de la vida el apóstol san Pedro.



Expulsión del Paraíso.

Con gesto inequívoco, un ángel destierra a Adán y Eva del jardín del Edén. Ambos han reconocido las graves consecuencias de su error.

Este fresco de Masaccio introdujo un nuevo lenguaje pictórico. El realismo en la representación de ls dos figuras biblícas, cuya presencia física se dramatiza mediante efectos de luces y sombras. La escena irradia un dramatismo inaudito.


El tributo de César.


La escena del milagro está representada en segundo plano a la izquierda, donde san Pedro sigue las indicaciones de Jesús junto a la orilla de las aguas. En primer plano a la derecha Pedro paga el tributo.

El fresco está construido según las normas de la perspectiva central en la que todas las figuras parecen moverse con la mayor naturalidad.


San Pedro cura mediante su sombra.


En primer plano a la izquierda se reconoce un palacio renacentista típico. La escena parece un hecho cotidiano, pero en realidad se trata de san Pedro, que avanza majestuosamente en compañía de algunos discípulos. Da impresión de que el santo no repara en los mendigos lisiados que hay a su derecha.
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Donatello
fue un famoso artista y escultor italiano de principios del Renacimiento.

Nació en 1386 en Florencia. Murió en 1466.

Fue junto con Lorenzo Ghiberti en aplicar las nuevas posibilidades de representación al arte del relieve.

Trabajó en su ciudad natal, pero estuvo también en Siena, Roma, Padua y otras ciudades. Su vasta obra creativa está llena de variedad y de innovaciones. En los inicios de su carrera realizó sobre todo esculturas de mármol, pero a partir de 1420 trabajó principalmente el bronce.


Sepulcro del antipapa Juan XXIII.



En 1424 los administradores recibieron permiso para construirle un monumento funerario en el baptisterio de San Giovanni.

Donatello y Michelozzo se encargaron de realizar el proyecto. Apostaron por la innovación y crearon el primer sepulcro con baldaquín del renacimiento.

El cuerpo yacente y dorado del difunto está representado sobre una especie de lecho mortuorio. Su cabeza se inclina ligeramente hacia un lado. El conjunto se halla rematado en su parte superior por una cortina esculpida en piedra.


Santa Maria del Fiore.



Realizó junto con Lorenzo Ghiberti y Paolo Ucello las vidrieras de la cúpula de Santa Maria del Fiore.


Profeta con rollo de pergamino.



La realizó en su juventud. El rostro, está inspirado en los antiguos retratos romanos, tiene unas facciones que denotan una penetrante individualidad. La mirada adusta del profeta se dirige hacia abajo, mientras que el índice extendido hacia abajo señala el pergamino.


Habacuc.

El realismo que el artista supo imprimir a esta obra hace creíble la anécdota según la cual Donatello exclamó: "Habla, habla de una vez o te maldeciré para siempre".


Santa María Magdalena.




Con esta obra logró una obra tanto emotiva como impresionante.

En la obra de Donatello la mujer que fue famosa por su belleza se ha convertido en una anciana macilenta y agotada, que parece muy próxima a la muerte. La profunda amargura inherente en apariencia a la estatua no tiene equivalente en el arte del renacimiento temprano florentino.

Podría ser que la imagen de María Magdalena reflejara el estado de ánimo del escultor, quién ya se acercaba a los setenta años.


Cantoría.



Los ángeles de Donatello en comparación con los de Luca della Robia hacen gala de una animación delirante. Los detalles, elaborados con precisión, están supeditados al efecto decorativo del conjunto.


San Marcos.


El gremio de loslenceros y los traperos encargó a Donatello la estatua de su santo.

Donatello fue capaz de plasmar una imagen creíble del hombre y de conferir una apariencia absolutamente terrenal al autor del segundo Evangelio.



Judit y Holofernes.

La obra estaba destinada a adornar la fuente del patio interior del palacio de los Médicis. Debido a la inscripción que se le añadió en su nuevo emplazamiento, la "Judit" pasó a encarnar la ideología republicana liberal.

Judit liberó a su Betulia natal de las garras de un tirano en apariencia más fuerte que ella.


Púlpito de la Pasión.


El púlpito fue esculpido para San Lorenzo. Donatello murió antes de finalizarlo y tuvieron que acabarlo sus colaboradores.

Esta obra constituye un ejemplo de la técnica apasionada y revolucionaria del gran maestro florentino.

Sus excepcionales relieves revelan todavía hoy un fuerte temperamento artístico, que no vaciló en prolongar la trama narrativa más allá del marco.


Sacristía Vieja.

Donatello esculpió, entre los años 1434 y 1443, por encargo de Cosme el Viejo, cuatro relieves circulares con escenas de la vida de San Juan en las pechinas y las representaciones de los cuatro evangelistas en los lunetos.


Anunciación de Cavalcanti.


Realizó esta obra por encargo de la familia Cavalcanti.

En el interior del nicho, enriquecido con abundante ornamentación de oro, las figuras del arcángel Gabriel y de la Virgen María.

Expresa la transmisión del mensaje simplemente a través del gesto cotenido y de la actictud de correlación de los cuerpos. En el mensaje donde le anuncia el próximo nacimiento de su Hijo manifiesta gran humildad.


San Jorge.

En esta obra Donatello representa al santo como un héroe joven y un jinete temerario.

La postura del cuerpo, con las piernas abiertas, manifiesta seguridad y confianza. Debajo de la estatua figura un relieve que representa la lucha de san Jorge con el dragón.


David.

El David de Donatello es el primer desnudo renacentista. El equilibrio de la figura y su desnudez ponen de manifiesto la admiración de Donatello por las obras procedentes de la Antigüedad clásica.

La expresión enigmática y pensativa del rostro, así como la pose juguetona, con un pie sobre la cabeza de Goliath, van más allá de los modelos formales de los antiguos.

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