Andrea

Las puertas se hallan formadas por una serie de arcos redondos concéntricos y en degradación apoyados en sendas columnillas de suerte que todo el conjunto forma una especie de arco abocinado y moldurado.

Algunas portadas carecen de dintel y de tímpano pero por lo general se hallan provistas de uno y otro y entonces se esculpen sobre el último relieves simbólicos o iconísticos y a los lados de la portada o en las jambas y aún en el mismo arco abocinado se disponen variadas series de labores ornamentales en relieve, flanqueándose, a veces, con estatuas el ingreso en las iglesias más suntuosas.


Las ventanas se abren casi siempre en la fachada y en el ábside y algunas veces en los muros laterales. Son más altas que anchas y terminan por arriba en arco doble, generalmente plano o de arista viva apoyado sobre columnas y cuando estos arcos se rodean de molduras finas o baquetones o bien las ventanas han dejado la primitiva estrechez, pertenecen a la segunda época del estilo.

Se cierran las ventanas con vidrieras incoloras o de color en algunas iglesias suntuosas o con láminas traslúcidas de alabastro o yeso cristalino o con simples celosías de piedra perforada y en las iglesias pobres con simples telas blancas enceradas o impregnada contrementina. De ahí que hayan de ser poco extensas las ventanas de esta época hasta que se fue ensayando y generalizando el uso de grandes vidrieras.



0 Responses

Publicar un comentario

Seguidores