Nicola Pisano fue un escultor italiano al que se considera como el último escultor medieval gótico o el primero del renacimiento.
Se formó en la corte de Federico II. Su obra del púlpito del baptisterio de Pisa, en 1260, puede considerarse como algo sin precedentes en la escultura italiana, haciendo confluir muchos estilos y a la vez consiguiendo una unidad artística insuperable. También realizó en púlpito de la catedral de Siena, de menor influencia clásica pero relieve más profundo y composición más hábil. Esta obra, de 1265-68, fue realizada con ayuda de su hijo Juan Pisano.
Giovanni Pisano, escultor y arquitecto italiano. Aprendió ambos oficios de su padre, Nicola, con el que colaboró en la realización del púlpito de la catedral de Siena, la fuente mayor de Perugia y la decoración del baptisterio de Pisa.
A la muerte de su padre, acaecida hacia 1284, se estableció en Siena, probablemente después de ser nombrado maestro de obras de la catedral. Se ocupó sobre todo del diseño de la fachada que, sin embargo, no se llevó a cabo en su totalidad como él la había concebido, y de la realización de las esculturas que debían embellecerla, las cuales representan a los profetas del Antiguo Testamento que predijeron la llegada de Cristo y constituyen un caso único en el estilo gótico por la variedad de las posturas y expresiones, y por su concepción intensamente dramática.
Es, de hecho, esta inclinación de Giovanni Pisano hacia el realismo y la tensión dramática la que ha conducido a los críticos a considerar que desempeñó, en la escultura, un papel semejante al de Giotto en la pintura. En 1297, Giovanni se trasladó a Pisa, donde ocupó el cargo de maestro de obras de la catedral. Simultaneó este trabajo con la realización del púlpito de la iglesia de San Andrés, en Pistoia, donde retomó el esquema gótico de su padre como punto de partida para una representación de gran viveza plástica y enorme fuerza emocional.
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